... o cómo endulzarle el día a tus compañeros de trabajo.
Para el que no esté muy familiarizado con esta terminología, un cake pop es una especie de trufa que se hace mezclando bizcocho y, generalmente, buttercream o crema de queso y sí, son un verdadero vicio. Los puedes hacer de mil sabores y de mil colores. Como diría Cocinero Vocacional, la imaginación es el límite.
Pues mi amigo Álvaro me llamó y me dijo: "¿Podrías hacerme unos cuantos cake pops?". Le dije que por supuesto y le pregunté si era por una ocasión especial... él simplemente me contestó: " No, nada especial, quiero repartirlos entre mis compañeros de trabajo y mis amigos porque sí..."
Me encantó su idea: no tiene por qué haber un motivo especial para darte una capricho.
Sólo me puso dos condiciones: nada de color rosa y nada de corazones, ositos y demás. Así que le propuse esta decoración y le encantó la idea: pintalabios, cupcakes y piruletas, hechos de fondant. Has de saber que la mayoría eran para chicas (muy "avispado"...).
Los marrones son de chocolate, los verdes de limón y los blancos de violeta.
Menudo ramillete...

Y aquí preparados para ser entregados.
Espero que Álvaro recibiera muchas sonrisas con ellos y que a vosotros, os hayan gustado.
Ummm... Menuda pinta tienen. Alguna vez los he comido y son algo muy chulo en las reuniones de amigos. ¡Para invitar y quedar como un rey!
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