Pues sí. Ha sido todo un reto hacer esta tarta.
Pero no por la decoración.
¡Qué va!
Ha sido por el bizcocho... Me explicaré.
Mi amiga Emma es inglesa, pero vive aquí en Madrid con su hermana, que está embarazada y casi salida de cuentas, por lo que les ha sido imposible volver a casa para celebrar la Navidad con su familia, y han sido sus padres los que han venido a pasar estos días con ellas.
Pues me llamó y me pidió que le hiciera una Christmas Cake para darle una sorpresa a su familia.
Básicamente, es un bizcocho muy denso y con muchas frutas escarchadas, frutos secos y especias, decorado de blanco para simular nieve, y que es muy típico en Inglaterra tomarlo el día de Navidad. Hasta aquí todo bien...
Pero me puse a investigar y me asusté al ver que hay gente que prepara las frutas hasta con una año de antelación (!!!!!), que los hacen un mes o dos antes de degustarlo, los "alimentan" diariamente con brandy, se decoran con mazapán y glasa real imitando nieve,... ¡uf!
Y encima Emma me cuenta que su abuela era la que se encargaba de hacer el pastel, que era una pastelera consumada... ante ésto qué haces... ¿Cómo igualar un pastel que hacía su abuela?
Menos mal que Emma me dijo que no me preocupara, que ella sólo quería un bizcocho con frutas, cubierto de blanco y con figuras navideñas para dar la sorpresa a su familia, y sin alcohol, por su hermana.
Así lo hice. Es un bizcocho con frutas escarchadas, almendras, jengibre, nuez moscada, canela, miel de caña y durante unos días lo bañé con un almíbar de brandy al que dejé evaporar todo el alcohol. El olor que desprendía era increíble.
Y detalles navideños llevaba,¡ y muchos!
¡Espero que os guste tanto como me ha gustado a mi hacerla!
¡¡¡Feliz Navidad!!!